Un dios para la posteridad, Thoth el sabio egipcio
Thoth el sabio egipcio.
Thoth es el dios de la luna, es una divinidad a la que se le ha atribuido la sabiduría, la invención de la escritura y la música, así como el dominio de los conjuros y los sueños (por nombrar solo alguno de sus poderes). Este misterioso dios fue Dyehuty para los egipcios, los griegos lo conocieron como Thoth, su analogía en los griegos fue Hermes y fue conocido como Mercurio en el mundo romano; el ocultismo, en tanto, le ha llamado Hermes Trismegisto, del cual se señala ha derivado el hermetismo u ocultismo. Otros nombres dados a este dios fueron "Toro de las estrellas", "Aton de plata" o "Señor del Tiempo". Dyehuty o Dyehut fue un nomo del antiguo Egipto; de ahí proviene su nombre original, que significa "El de Dyehut", aquí se encuentra la “Casa de la Vida” regida por Thoth. El lugar también fue conocido por los griegos como Hermópolis Magna en alusión a su analogía con el Hermes griego.
La figura de Thoth y su proceso sincrético en Mercurio y Hermes Trismegisto.
Thoth es un ser antropomórfico; la estética de su cabeza se la debe al ibis, un ave del orden pelecaniforme sagrada tanto en Dyehut como en sus alrededores; el otro animal sagrado de este nomo era el babuino, por lo tanto, también se le ha representado con los atributos de ese animal. Actualmente el ibis, que era un ave tan simbólica en el antiguo Egipto, no se encuentra en las márgenes del río Nilo sino a 2.400 kilómetros al sur, en territorio sudanés.
Thoth también era representado como un babuino
La imaginería ha esculpido, tallado o pintado a Thoth portando una pluma y una tablilla, ambos símbolos relativos a su poder sobre las palabras, a veces es retratado con un disco lunar sobre la cabeza, también en ocasiones aparece portando una balanza que sirve para pesar el corazón, los actos, los pensamientos y las almas de los hombres en el “juicio de Osiris”, aunque tal operación, en el Libro de los Muertos representado en el Papiro de Hunefer, es llevada a cabo por el dios de la muerte, Anubis. También en algunas representaciones se le puede ver portando el ankh o "llave de la vida".
Thoth fue un dios lunar que tenía la habilidad de controlar el tiempo y el espacio; además, se le atribuye la creación del calendario ya que era considerado el dios de las medidas exactas, facultades muy importantes para una cultura que estaba acostumbrada a cuantificar todo. Según Platón, en su Fedro, se decía que Thoth había inventado la aritmética, el calculo, la geometría y la astronomía. Con respecto al control del espacio, era este un dios que conocía todos los trazados y trayectorias, era considerado un verdadero arquitecto, incluso se puede estimar esta función creadora en un extracto del himno a Thoth:
“El mundo apareció en los labios de Thoth cuando este despertó en el seno de Nun, el Abismo originario” (1)
La creación por medio de la palabra y el acto también se puede apreciar en otras religiones, como la judía.
La atribución de controlar el tiempo por parte de Thoth era muy importante en Egipto, ya que al ser una civilización que dependía de la crecida del Nilo para la obtención de recursos, debía dominar muy bien los ciclos de mayor o menor caudal de este río. Por ello, Thoth también ostentó el título de "Regulador de las crecidas de las aguas".
En lo político administrativo tiene una gran importancia, ya que es una deidad que tenía la capacidad de dirigir y organizar, era una especie de ministro, un auténtico modelo para los visires en la época faraónica. Thoth, al ser el dios de la sabiduría, es el que guiará a los dioses (y posteriormente también a los faraones que tenían ese rango) a tomar buenas decisiones. Este dios, como si de un secretario también se tratase, administraba tanto las ordenanzas que los dioses estipulaban como también las reuniones que estos necesitasen, organizaba los títulos de propiedad y también los impuestos o los años de reinado de cada faraón. Todos estos hechos quedaron registrados de mano del propio Thoth en la “Sala de las dos verdades” que era donde se llevaba a cabo el juicio a los muertos.
Thoth es un dios de las comunicaciones; en esto está muy a la par con el Hermes griego, ya que se le atribuye la invención del lenguaje y de las palabras, por lo que es el representante del logos. Como creador de la escritura será el modelo de todo escriba, e incluso la tradición lo señala como el escriba personal del dios Ra: en el Libro de los Muertos se puede apreciar a Thoth haciendo de escribano, con la misión de recitar al difunto su confesión negativa, es decir, no lo que ha hecho sino lo que ha dejado de hacer. (2) A Thoth también se le atribuye la autoría de mas de 36.000 libros, según el historiador egipcio Manetón; además, hay un texto conocido como el Libro de Thoth donde el dios de la sabiduría da varios consejos a través de conversaciones con un discípulo –se cree que este texto es tardío, probablemente del siglo II del periodo heleno, cuando los Ptolomeos regían en este país–. Thoth también está relacionado con las artes: se atribuyen a este dios cualidades musicales, y se cree que fue el inventor de la lira.
Como guardián de la palabra, será la deidad que codifique las ceremonias fúnebres a un lenguaje oculto solo legible para los sacerdotes iniciados, ya que se cree que Thoth administraba fórmulas y hechizos que transformaban a los muertos en espíritus o liberaba del mal a los que quería beneficiar –se debe recordar que la religión egipcia era esencialmente mágica, como todas las religiones antiguas, hasta la llegada de la racionalidad con el budismo o de la espiritualidad con el cristianismo (3)–. El dominio de la palabra es muy importante para el quehacer mágico, por lo tanto, Thoth era una deidad que tenía la potestad de transmutar elementos materiales y espirituales., se cree que con el poder de su palabra pudo revivir a Osiris, uno de los dioses principales del panteón osiriano, esposo de Isis y padre de Horus.
Thoth no siempre fue un dios popular, ya que en el Egipto clásico hubo una lucha permanente entre dos sistemas religiosos: uno solar, donde encontramos dioses como Ra, Amon o el Aton de Amenofis IV (Akenatón), y el otro osiriano, al cual pertenecía Thoth (4); esta última era una religión funeraria, creada por y para una minoría dominante que tenía suficiente tiempo como para ocuparse de la magia, los espíritus o el inframundo, pues tenía cubiertas las necesidades básicas de la vida material. No obstante, se puede encontrar un sincretismo entre el panteón osiriano y el solar, ya que el mismo Thoth secundó a dioses solares como Aton y Ra, tal como lo sugieren estos dos títulos "Aton de plata" (representando a la luna o “sol de la noche” en contraposición de Aton que representa el disco solar) y "Toro de las estrellas" (por representar la mente y sabiduría de Ra o como ya se señalo ser el escriba de este dios solar).
El panteón osiriano fue favorecido en su culto central a partir de la dinastía I desde el legendario faraón Menes (5), hasta la dinastía XVII, cuando la influencia de Thoth cae con la llegada de Ramses I y Seti I al poder, hacia 1.325-1.100 a.C. De hecho, en los mismos nombres de estos faraones se evidencia una orientación en favor de dioses como Ra, Seth y Ptah, dioses del norte en reemplazo de Amon y Thoth, que son dioses del sur y que anteriormente habían sido favorecidos por reyes tan poderosos como los Tut-mosis (forma helenizada del nombre de estos faraones que en forma original son conocidos como los “Dyehuthy-mes” o engendrado por Dyehuty) y los Amen-hoteps. En el periodo grecorromano Thoth tuvo un pequeño auge como la demuestra su templo en Qas-el-Aguz cerca de Tebas.
Desde el punto de vista esotérico (dejando de lado los sistemas religiosos y el patrocinio faraónico), Thoth es representante de un principio de correspondencia con los dioses solares, ya que en su calidad de dios de la luna no era considerado inferior al sol, sino su complemento. En el Libro de los Muertos Thoth y Ra estos llegaban al “más allá” a través de la barca del sol que representaba al dios Ra, la cual iba cargada de víveres y otros elementos esenciales para la vida; en cambio, la forma de la barca representa al símbolo lunar, se asimila a la luna en un estado de cuarto creciente acostada (además Thoth acompañaba con frecuencia a esta barca) por lo tanto se trataba de la unión de las dos luminarias. En la concepción egipcia el Sol es seco y caliente, y representaba un principio masculino, en tanto la luna era representante de lo femenino al ser húmeda y fría, lo cual nos recuerda al principio del Yinn y Yang del esoterismo chino. (6)
En el panteón egipcio cada dios tenía una contraparte femenina: en el caso de Thoth esta era la diosa Maat, que también simboliza el orden de todo lo creado tanto material como espiritual.
Maat es la contraparte femenina de Thoth
Siguiendo la línea esotérica, se ha señalado que la mitología egipcia tiene una concepción mucho más antigua que el Egipto histórico y dinástico y tiene su origen en los sobrevivientes atlantes que fueron los fundadores de la cultura egipcia hace 40000 años a. C. Se ha señalado que Tehuti (Thoth) es un atlante que fundo el culto público de los dioses egipcios y restauró en Egipto el esplendor de los misterios atlantes. (7)
Thoth ya no existe como objeto de culto, pero actualmente llama la atención la figura de Hermes Trismegisto (“el tres veces grande”), una enigmática figura ligada por sincretismo al dios cabeza de ibis, autor de libros de ocultismo como el Corpus Hermeticum (serie de textos sobre la creación del mundo), la Tabla de Esmeralda (breve escrito que revela el secreto de la sustancia primordial y sus transmutaciones) y El Kibalión (tratado elemental sobre los siete principios de la naturaleza) cuyos secretos mágicos o el acto de curar a los enfermos y resucitar a los muertos fueron estudiados por los alquimistas de la edad media y más tarde por figuras tan polémicas como Cagliostro o Saint-Germain(8), así como por los Rosacruces, la masonería y los estudiantes de la Cábala.(9)
por Daniel Lobos Jeria
Bibliografía:
1. Egipto, el Espejo del Cielo. Inés M. Martín, Rubén González. E-Book
2. El Libro de los Muertos. Introducción de Juan B. Bergua. Clásicos Bergua 1967 Pág. 54
3. El Libro de los Muertos. Pág. 51
4. La Cultura Egipcia. John A. Wilson. Fondo Cultura Económica 1953. Pág. 105
5. Dioses, Templos y Faraones. Volumen I. John Baines y Jeromir Málek. Ediciones Folio 1993. Pág. 32
6. El Libro de los Muertos. Pág. 60
7. Antiguos Ritos Místicos. C. W. Leadbeather. Ediciones Océano /Abraxas 1999 Pág. 33
8. El Libro de los Muertos. Pág. 51
9. Antiguos Ritos Místicos. Pág. 24
Otras Fuentes:
1) Rosa Thode. 1997-2014 La Tierra de los Faraones. www.egiptologia.org
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