Carl Gustav Jung y el esoterismo
Carl Gustav Jung y el esoterismo
Carl Gustav Jung es uno de los principales
psicólogos del siglo XX, uno de los fundadores de la escuela de la psicología analítica,
también incursionó en el área de la psiquiatría. Nacido en Suiza este eminente
doctor incorporo al área de la psicología variables como la alquimia, la
religión, el arte, la mitología, la filosofía como también el misticismo.
Jung y el reino de
los muertos
A los 19 años Carl Jung inicio sus diálogos
con los muertos en sesiones de espiritismo donde se encontraba rodeado de
mujeres de su familia, estas experiencias fueron permanentes en la vida del
psicólogo incorporando a través del tiempo a diversas médium o clarividentes.
Jung creía que su madre y posteriormente su hija eran clarividentes de su
abuela Augusta.
En 1898 la mesa donde Jung celebraba las
sesiones espiritistas se quebró por la mitad, unas semanas después un cuchillo heredado
por su madre se partió en cuatro trozos. Jung guardo las piezas como un
recordatorio de las poderosas fuerzas que él y su familia habían invocado. En
1902 en sus primeras publicaciones profesionales se referirá a los espíritus
como “personalidades inconscientes o escindidas” o “complejos”.
Carl Jung junto a su esposa Emma
En 1916 funda el Club de la Psicología que
versaba entre otras temáticas sobre temas espirituales, se analizaban a las
perturbaciones que podían ocasionar los muertos, en este club se invocaban a
los antiguos caballeros que buscaron el Santo Grial como también se utilizaban
rituales relativos a la Orden de los Rosacruces, el club tuvo como misión
explorar una amplia gama de conocimientos ocultos.
Según
Richard Noll en su libro “Jung, el Cristo
Ario” Jung se retrataba en su libro “Recuerdos,
Sueños y pensamientos” como un sabio clarividente, un taumaturgo, un
Hombre-Dios que alcanza la apoteosis a través del encuentro con los muertos.
Este autor también consideraba que Jung se consideraba alguien que había minado
el cristianismo ortodoxo y restaurado el politeísmo helenístico de la
civilización occidental.
"Jung. El Cristo Ario" de Richard Noll es una obra crítica a los actos del psicólogo suizo
En 1925 apareció un libro anónimo titulado “VII Sermones ad Mortuos”, Jung confirmo
su autoría por carta solo después de su muerte, los Jungianos niegan su
divulgación ya que temen la reputación de su maestro. La obra fue escrita por
escritura automática ya que Jung planteaba que le era dictada por un espíritu,
un arquetipo del anima que le hablaba desde otra dimensión, el nombre de esta
entidad era Filemón o Basílides que era una antiguo maestro gnóstico-mitraico
de Alejandría y en sus apariciones le revelaba la identidad de Abraxas una
poderosa deidad que estaba más allá de Dios y el demonio. Mientras Jung
concibió esta obra se cree que su hogar se llenó de ruidos y espíritus que ponían
la atmósfera densa y el ambiente se normalizo solo cuando termino esta obra.
Grabado en madera de Abraxas, deidad que personifica el bien y el mal
Jung hablaba de los “arquetipos” para
referirse a ciertas imágenes del inconsciente colectivo. Los arquetipos
vendrían siendo verdaderas entidades inhumanas lo que pudo haber sido
interpretado por las antiguas civilizaciones como dioses o demonios.
En relación a los arquetipos, en el libro “Jung Speaking” de William McGuire el
eminente psicólogo suizo se refería, por ejemplo, a Adolf Hitler como una
figura poseída por un arquetipo del “inconsciente colectivo ario”, este
arquetipo era una voz que le ordenaba al dictador alemán y este no podía dejar
de obedecerle, está claro que Jung creía en las figuras paganas de los antiguos
mitos nórdicos como manifestaciones espirituales.
Su ruptura con Sigmund Freud
En la película un “Un Método Peligroso” (“A
Dangerous Method”, 2011) dirigida por David Cronenberg, se muestra a quien
primero fue su maestro Sigmund Freud que señalaba que no tenía objeciones
contra la telepatía o la parasicología, pero señalaba que la psicología era un
campo tan asediado que para los psicólogos era muy peligroso caer en todo tipo
de misticismo, por lo anterior esta disciplina debía mantenerse sobre los
rigurosos limites científicos, en tanto Jung no estaba de acuerdo con esta
visión ya que la psicología debía integrar distintas variables de estudio, en
la misma discusión Jung señala que podía anticipar los sonidos (como el crujir
de una habitación) que él le llamaba “fenómeno de exteriorización catalítica”,
por supuesto el psicólogo de Viena no le creyó.
En "A Dangerous Method" se aborda la relación Jung - Freud
Según Miguel Serrano, Jung creía en un “inconsciente
colectivo ario” y este sería el punto central de la ruptura con Sigmund Freud
que representaba a un “inconsciente colectivo judío” que era mucho más material
y no creía en lo onírico o en lo oculto como si lo hacía Carl Jung. Serrano
señala que el freudismo pregona al sexo como fuerza única de las motivaciones
de los seres humanos, en Jung, en cambio, existía un mundo espiritual donde
tanto los arquetipos como los sueños influían poderosamente en las acciones
humanas. La libido era para Freud el sexo, en cambio para Carl Jung la libido
era similar a la “Kundalini” del yoga tántrico.
El inconsciente colectivo era según Carl Jung
la matriz de todos los fenómenos diferenciados de la religión, el arte, la
música, etc., y cada cultura era poseedor de uno de estos inconscientes que le
otorga originalidad y la separa del resto. Se le podía acusar a Jung de
determinista racial ya que también señalaba que la raza era importante al
establecer marcadas diferencias entre los distintos inconscientes colectivos.
Jung era un admirador del misticismo
oriental, creía que las distintas culturas (o inconscientes colectivos) tenían
una relación directa con los “chakras” que para Jung son centros de conciencia
más que de energía, es por ello que señalaba que habían razas que pensaban con
la cabeza, otras con el corazón y algunas eran más viscerales. En relación a lo
anterior señalaba que cuando un ser humano podía desarrollar todos sus
“chakras” llegaría convertirse en “Si-Mismo” un concepto que era análogo al
alcanzar el estado de Cristo, un arquetipo ligado al héroe.
Jung y el
Paganismo
En un principio Jung se presentaba como
cristiano pero en secreto practicaba el paganismo, Jung se interesó por el
zoroastrismo, los misterios de Mitra, Aion el dios cabeza de león, el culto a
Dionisio, Abraxas, también se interesó principalmente por el gnosticismo, la
patrística cristiana, la mitología germánica y los mitos del mundo griegos. A
finales de los años 20 su principal interés era la alquimia. El misterio y no
la historia era la esencia de su vida.
Jung también se intereso por el culto mitraico de Aion
Los aspectos que interesaban mayormente a
Jung con esta exploración de los cultos mistéricos eran las narraciones de los
iniciados sobre las experiencias directas que tenían sobre el reino de los
dioses y su simbolismo asociado. Todo esto lo consideraba como el antídoto a
las creencias judeocristianas que había formado la moral de la civilización occidental.
En la localidad de Bollingen existía la
“Torre de Jung” donde se cree que practicaba rituales paganos y orgiásticos con
sus amantes. En la torre estaban grabados los nombres de sus antepasados
paternos, en el pensamiento de Jung existe la noción de un karma impersonal que
se heredaba de padre a hijos de ahí la importancia de recordar siempre a los
antepasados ya que estos se podían apoderar del cuerpo de sus descendientes.
Torre de Jung en Bollingen
Carl Jung era casado pero con el tiempo fue
aceptando el concepto de poligamia sobre todo después de beber de las
influencias del médico nietzscheno Otto Gross. Sabina Spilrein y Toni Wolff
fueron primero sus pacientes, luego sus amantes y posteriormente sus
colaboradoras.
La poligamia era el resultado de sus
creencias politeístas, reacción que rompía con la tradición judeocristiana
ligada a la monogamia, después de incorporar estas ideas Jung se trasformó en
un cultor del sol y del fuego. Jung decía hacia 1911 en su libro “Transformaciones y símbolos de la libido”:
“Si uno honra a Dios, al Sol o al fuego, honra también a su propia fuerza
vital, la libido”. El sol para Carl Jung era el símbolo central de un dios
interior.
Jung intento utilizar los cultos antiguos,
tanto en su filosofía como en su simbología, desde 1916 solía recibir a
peregrinos espirituales de distintas partes del mundo, todo lo anterior era
para alcanzar nuevas posibilidades religiosas. Ese mismo año su casa se vio
invadida por espíritus de caballeros cruzados, almas que no habían encontrado
lo que buscaban en Jerusalén y que habían sido contactadas por Jung.
Los últimos años de su vida, Jung cultivó una
imagen mística, solía vestir con batas ceremoniales japonesas lo que lo
asemejaba a un antiguo mago o un monje zen además de portar anillos o alhajas
con simbologías gnósticas. Su casa de Küsnacht en Suiza estaba llena de
antiguos grabados e imágenes alquímicas. Ruth Bailey que lo cuido sus
últimos días señalo que antes de su muerte creyó ver que Jung se encontraba
fuera de su cuerpo, en un país lejano donde vio cosas maravillosas, dos días
después el desatacado psicólogo moría apaciblemente en su morada.
En sus cartas, compilación realizada por
Gerhard Adler Jung decía: “He tenido experiencias que son, por decirlo así,
“inefables”, “secretas”, porque no pueden expresarse de modo adecuado y porque
nadie puede comprenderlas”.
por Daniel Lobos Jeria
Bibliografía:
El Círculo Hermético. Miguel Serrano. Editorial Kier. 2004
Adolf Hitler, el Último Avatara. Miguel Serrano.
Editorial Solar. 2000
Jung. El Cristo Ario. Richard Noll. Javier Vergara Editor. 2003
Letters. Vol. 1 y 2. Carl G. Jung. Selección de Gerhard Adler.
1975
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