El mal por el mundo. Los 10 demonios más poderosos de distintas culturas


El mal por el mundo. Los 10 demonios más poderosos de distintas culturas

El mal es una dualidad que por ley polaridad es inherente al bien, es así entonces que como en cada religión hay dioses creadores y benévolos también los hay destructores y malévolos. Para nuestra cultura contemporánea y occidental muchos de los dioses destructores son considerados como demonios.

Para los pueblos antiguos muchos de estos seres no eran demonios sino dioses o diosas muy poderosos en cuales las distintas culturas buscaban algún tipo de beneficio, muchas de estas deidades exigían sacrificios de sangre o excesos rituales que las religiones modernas han considerado como pecado y por ende la connotación negativa que tenían estos cultos.

El sincretismo cultural hizo que mucho de estos dioses-demonios fusionaran su nombre con diversas culturas, el nombre Baal, por ejemplo, aparece en varias culturas mediterráneas. Se cree que la invocación de estos demonios está ligada a llamarlos por su nombre verdadero, así se establece en los rituales de exorcismo, por lo cual la iglesia cristiana trato de borrar el nombre de varios o transformarlos con el fin de confundir a sus posibles adeptos, es increíble que Lucifer en latín signifique “portador de luz”.

Sobre Satán se ha escrito mucho es por ello por lo que a continuación echaremos un breve vistazo a la encarnación del mal en diferentes culturas.

Aka Manah
Esta entidad demoníaca se caracteriza por las “malas intenciones”, pertenece al culto del zoroastrismo, se cree que posee el poder de influir en que los seres humanos no hagan buenas acciones, es capaz de pervertir los pensamientos y transformar al humano en miserable. También tiene el poder de convertir el bien en maldad.

Ilustración de Aka Manah

Moloch
Es un dios fenicio del fuego que tiene un sincretismo con varias culturas, se le asocia a Baal-Hammon (Babilónico) y también a Baal-Zebub (Filisteo) de donde proviene Belcebú “Señor de las moscas” concepto utilizado por el pueblo hebreo para burlarse del dios Baal ya que las ofrendas a esta entidad eran sacrificios de niños y de jóvenes donde la carne podrida al calor del desierto atraía enjambres de moscas.


Grabado de Charles Foster de 1897 sobre la adoración de Moloch

Abyzou
Es un demonio hembra que proviene de la mitología judía. Se cree es el hacedor de mucha maldad para cada mujer del mundo, posee un odio rotundo hacia la maternidad al intervenir en accidentes o abortos espontáneos a cada mujer embarazada. También se cree que es el responsable de la muerte prematura de los recién nacidos.

Abyzou un enemigo de la maternidad

Tanit
De origen cartaginés es un poderoso demonio femenino que encuentra su equivalente en la fenicia Astarté, fue adorada en toda la cuenca del mediterráneo. Tanit además es esposa de Baal un poderoso dios pagano que es recurrente en la Biblia. Es probablemente la más antigua en aceptar rituales ligados a los sacrificios donde se incluían mayoritariamente niños.

Estatua de Tanit en el Museo Nacional del Bardo en Túnez

Belfegor
Es un demonio que tiene su origen probablemente en Asiria. Este ser se tiene la capacidad de tentar a los seres humanos con lujuria, riquezas y bienes terrenales, pero en realidad solo esparce discordia, desconfianza, paranoia y también pereza. Se le relaciona con las parafilias sexuales más sórdidas y retorcidas como la urofilia (lluvia dorada) o coprofagias (comer heces). La ofrenda a este demonio es el excremento.

Belfegor en el Dictionnaire Infernal de 1862

Lamashtu
Es un demonio femenino que tiene un origen acadio, es sumamente maligno por lo cual era muy temida. Se cree que es una bestia madre de todos los monstruos de la mitología sumeria, acechaba en la oscuridad por lo cual se le relaciona con todos los horrores nocturnos incluyendo sueños y pesadillas. Lamashtu se alimentaba de niños lactantes a los cuales bebía su sangre y comía su carne como venganza de su propia esterilidad.

Lamashtu era esposa de Pazuzu, aquí una representación de ambos

Oduduwa
También es conocido como Oddua es de origen africano de origen yoruba venerado en el Vudú, Candomblé, también en la santería Orisha y otras de origen tribal. Vive en las tinieblas y se vale de los espíritus para manifestarse y representa el control del destino además de los misterios y secretos de la muerte. No se debe discutir ni alzar la voz ante su imagen. Actualmente de se sacrifican aves como la codorniz o las gallinas. Curiosamente la santería lo sincretiza con Jesucristo.

Cabeza de Oduduwa en el British Museum

Bakemono
No es un dios o demonio en particular sino una serie de espíritus que son poseídos por el mal, todos los fantasmas japoneses se clasifican bajo este concepto, además engloba a los espíritus tales como los Yurei (espíritus errantes), los Yokai (entes de apariencia monstruosa que generalmente tienen un poder en particular), los Oni (Ogros y demonios de la religión budista que habitan entre la tierra y el infierno) y los Henge (animales que se transforman en humanos y tienen múltiples poderes).

Bakemono pintado bajo el periodo Edo entre los Siglos XVIII y XIX

Pazuzu
Demonio de la mitología de Sumeria, es un demonio del viento, portador de tormentas, también tenía el poder sobre las plagas y pestes. De figura antropomórfica, tenía cabeza de león o perro, cuernos, garras, alas de águila y cola de escorpión. Se cree que tenía el poder para hacer volver al infierno a otros demonios malévolos. Se le represento en la exitosa película “El exorcista”.

Pazuzu en un fotograma de la película El Exorcista de 1973

Ravana
Rey de los demonios en la mitología hindú su nombre significa “el que hace llorar”. Poseía diez cabezas por lo cual es un ser que se cree posee un gran conocimiento. Es un hibrido entre un asura (deidades corruptas y malévolas) y un brahmán (sabio y santo), por lo cual fue un conquistador tanto de humanos como de otros demonios.

Ravana aparece por primera vez en los textos sagrados hindúes Ramaiana y Majabhárata


Muchas de estas figuras aún son adoradas por religiones o cultos paganos, sin embargo, el verdadero mal se expresa a nivel global en genocidios, terrorismo o la guerra, mientras que a nivel individual el mal se expresa en actos crueles o brutales.



por Daniel Lobos Jeria





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